Réquiem por las UBPC (II)



Elías Amor Bravo, Economista ULC

En un artículo anterior pude exponer las razones por las que el modelo de las UBPC resultó un fracaso como experiencia en la economía castrista.

Los datos que ofrece el diario oficial del régimen, Granma, no dejan lugar a dudas. No sólo han perdido autonomía y capacidad de gestión, sino que pierden dinero. Alrededor del 15% de estas entidades económicas cerraron el pasado ejercicio con pérdidas, pese a recibir una aportación nada despreciable de financiación, por encima de los 3.300 millones de pesos del presupuesto estatal. El balance final, como dice el artículo de Granma, “un capital negativo de nada menos que ¡2.112 millones de pesos! En fin, "producían de milagro".

Para tratar de aportar alguna luz sobre la caótica situación de estas empresas, se las puede clasificar en tres grupos.

En el primero, aquellas que “cuentan una situación productiva y económica favorable, poseen el capital humano necesario y estabilidad en sus estructuras de dirección”. Tan sólo 540 UBPC se encuentran en esta situación positiva y casi todas se relacionan con el sector del azúcar.

Un segundo grupo integra “a aquellas que tienen dificultades de índole organizativa, productiva, económica y financiera, pero que pueden subsanar sus problemas mediante una serie de medidas y, así, crear las condiciones para incrementar la producción”. Este grupo representa la mayoría, un total de 1.122, equivalente al 57% del total.

En tercer lugar, se encuentran aquellas que sufren “una crítica situación en los aspectos referidos y que no tienen posibilidad alguna de recuperarse”. Se trata de 327 UBPC, todas pertenecientes al sistema de la Agricultura.

La conclusión que se obtiene de este panorama deja mucho que desear. El régimen ha adoptado decisiones cuyo objetivo es trasladar el problema al futuro, ganar tiempo y evitar adoptar las soluciones que, como se expondrá más adelante, son necesarias para salir de esta grave crisis productiva. Se puede afirmar, así, que las 17 medidas inmediatas para resolver las ataduras, acordes con los Lineamientos 17, 178, 179, 180 y 187, referidos a la adopción de un nuevo modelo de gestión y el logro de una mayor autonomía, no son la solución.

El problema de la financiación es crucial, y con ello, liquidar a medio plazo el acumulado endeudamiento bancario, fiscal y con el sector empresarial.

Esto no se arregla con el recurso al presupuesto del estado, como al parecer han decidido las autoridades. Desviar recursos de unas partidas a otras, no ataja el problema esencial de raíz, que es la ineficiencia y el despilfarro derivados de una gestión de tipo estalinista en la economía. Las decisiones adoptadas no harán otra cosa que empeorar los problemas en el futuro inmediato elevando el importe del déficit sobre el PIB y obligando a las autoridades a mantener el ajuste sobre los servicios, educación y sanidad.

Por si lo anterior no fuera erróneo, una vez más, la ineficiencia empresarial estalinista se trata de financiar con una mayor fiscalidad sobre la actividad económica, lo que va en contra de cualquier idea esencial sobre el funcionamiento de la economía. Se anuncia un tributo del 5% sobre los Ingresos Brutos, que recaudado por el Presupuesto del Estado, funcionará como fuente para la capitalización de estas formas productivas. Y las deudas con los bancos, a una refinanciación a 25 años. Increíble, pero cierto.

La mejor noticia, ya veremos si se cumple, es que el “Presupuesto del Estado no continuará financiando a las UBPC, excepto en aquellos casos que sean de interés estatal”. Siempre hay un margen para la discrecionalidad en el marco del intervencionismo económico.

Algunos cuentapropistas y arrendatarios de tierras deberían preguntarse por qué a las UBPC y a ellos no, se les autoriza a exoneraciones en el Impuesto sobre Utilidades por un periodo de hasta cinco años, o la condonación de las deudas vencidas con el fisco.

Tomado de Miscelánea de Cuba, 13 de septiembre 2012

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